AGRADECIMIENTO DEL HERMANO MAYOR. LUNES SANTO 2024

Feliz Pascua de la Resurrección, hermanos.

He querido comenzar este agradecimiento a todos por la Estación de Penitencia del pasado Lunes Santo, con esta felicitación, porque sin duda, este es el final de la misma y el inicio de la nueva. Porque sin la Resurrección no tendrían sentido nuestras devociones, nuestras estaciones de penitencia o de gloria. Porque este es el principio de la Redención de nuestras vidas cautivas por el pecado, a través del sacrificio salvador de Nuestro Señor, pero, sobre todo, porque resucitó, verdaderamente RESUCITÓ.

Como ya os dije, el pasado Lunes Santo, desde el ambón de nuestra parroquia antes de comunicaros la suspensión de nuestra deseada estación de penitencia, para mi el mayor orgullo como hermano mayor de esta bendita Cofradía sois vosotros, mis hermanos. Desde las canastillas, hasta los músicos. Desde el cuerpo de nazarenos hasta quien tenía el encargo del “servicio” al cortejo penitencial. Y todo ello sin olvidarme de costaleros, capataces, juventud Mercedaria, incansables y siempre “inventando”, camareras, auxiliares, acólitos, encargados de nuestras redes sociales que nos tienen puntualmente informados 24/7 y 365, y para no olvidarme de nadie, de TODOS los que han hecho posible de nuevo el Lunes Santo mercedario, aunque no hayamos salido a la calle. También de nuestros niños de la cruz blanca, cuanto os echamos de menos en nuestro patio este lunes Santo.

Desgraciadamente, no pudimos culminar nuestra Estación de Penitencia a la S.I.C. de nuestra ciudad, aunque un grupo reducido de hermanos, encabezados por este, vuestro humilde servidor, hicimos la estación al Santísimo, perennemente expuesto en la capilla de nuestras hermanas Esclavas del Santísimo y la Inmaculada del convento del Colodro, en representación de nuestra Hermandad. A las cuales también quiero agradecer su disponibilidad absoluta para abrirnos de nuevo sus puertas.

Circula por las redes una moraleja relativa a esta semana de lluvia que ha pasado y que podría resumir lo que Dios nos ha concedido, al quitarnos la celebración pasionista en las calles y dice así “Dios nos ha quitado lo que más nos gusta para darnos lo que más necesitábamos”. Y además del agua, nos ha aumentado nuestra fe.

A pesar de que esta moraleja no nos consuela, no es menos cierto que el Señor y su Madre nos ha vuelto a pedir una entrega sin condiciones a nuestro carácter mercedario. Ya nos lo dijo nuestro director espiritual al final del acto penitencial, al que debemos agradecer que a pesar de su enfermedad y los consejos médicos, estaba dispuesto a acompañar a nuestra hermandad como siempre. 

Todos sabemos que vestir nuestra túnica es uno de los mayores privilegios que un hermano mercedario puede tener, a pesar de que alguno aún no lo tenga claro y se pasee por la ciudad y se dedique a alternar en algún local de hostelería. Ese no es hermano de nuestra cofradía aunque se vista la túnica, porque esa túnica con su escapulario no solo se lleva en el exterior sino también en lo mas profundo de nuestras almas.

Hace dos años, Ellos que durante un año, de Lunes Santo a Lunes Santo nos cuidan y nos protegen, nos pidieron un esfuerzo mas a nuestra esforzada estación a la S.I.C., y la lluvia, persistente aunque ligera, nos acompañó más de la mitad de nuestro recorrido. Aquel año os dije ya que no se podía tener más orgullo de ser hermano mayor en una cofradía más responsable que en la nuestra, dando verdadero ejemplo de unidad.

Este año lo habéis vuelto a demostrar. Y me di cuenta desde que vi llegar centenares de túnicas blancas de capa, con el escudo mercedario al pecho. Es una sensación indescriptible ver nuestra querida parroquia de San Antonio, repleta de hermanos con su hábito, padres y madres de los más pequeñines, siempre dispuestos a colaborar, costaleros preparados con sus costales para realizar su esforzada y artística estación bajo las trabajaderas, el cuerpo de acólitos desgajados en tres, los de los pasos de nuestros titulares y el de la cruz parroquial, servidores para atender al cortejo en la calle, o dentro en su apoyo a los diputados de cada tramo, como demostraron al co-organizar el transito al salón de pasos de los mismos, para rezar a nuestros sagrados titulares, hermanos que coordinan y gestionan las redes, sanitarios que son nuestra asistencia en nuestro largo recorrido o en la “casa de hermandad”, como en este año por las circunstancias, nuestros queridos músicos de Coronación, la novena trabajadera de nuestra Señor Humilde y orgullo de nuestra Hermandad y la “cañetera” de Tubamirum , la sinfónica que va detrás de nuestra Madre y Sra. de la Merced, y que suena distinta cuando caminan bajo la protección de su manto blanco.

Y para rúbrica, el aplauso cerrado y atronador que resonó cuando terminé mi comunicación. Ese aplauso fue el reconocimiento, no a mi humilde persona, ni a la de vuestra Junta de Gobierno, vuestros servidores y hermanos. No, ese aplauso fue el reflejo del que nuestros sagrados Titulares le estaban dando a su Hermandad por su generosidad, su entrega y su sacrificio.

¡Claro que queríamos salir! desde los mas chiquitines hasta los que peinan canas con su medalla al cuello. Quien lo dude aún no ha entendido lo que significa ser hermano de nuestra corporación. Pero se hizo lo que se debía, hacer penitencia quedándonos en casa y rezar el Viacrucis, en el que reinó un silencio sobrecogedor, roto solo por el rezo de los padrenuestros y las jaculatorias.

Vi emoción, algunas lágrimas saltadas, pero sobre todo orgullo, sonrisas de complicidad y aceptación por la decisión tomada. Vi la cofradía que queremos y que sin duda nos merecemos, porque es la nuestra, la única, la auténtica heredera del carisma mercedario en nuestra ciudad, según título otorgado por el capítulo general de la orden mercedaria, en España.

Mi orgullo de ser, humildemente, el mayor servidor de la misma, solo os quiere pedir finalmente, que sigáis con vuestra fraternidad, con vuestro cariño, con vuestras ganas de ser y sentiros mercedarios de pleno derecho, como se indica en nuestras reglas, y hagáis cierto que la hermandad son 365 días al año. 

Vivir y sentir en “mercedario” no es cualquier cosa, es un orgullo pero también una responsabilidad y necesitamos el esfuerzo y el apoyo de todos para hacer una Hermandad aún mas grande, mas cristiana y mas fraterna. 

Vienen días en los que podemos demostrarlo, cultos a nuestros Titulares, empezando por el Santísimo Sacramento, de ya mismito, o también nuestro trabajo en Cruz de Mayo, aún más cercano, y en las diferentes diputaciones. Venid, preguntad y tendréis respuesta de inmediato de en qué podéis participar y colaborar, nuestros titulares os lo tendrán en cuenta y vosotros os sentiréis plenamente realizados en vuestra vida de Hermandad.

Que nuestros sagrados Titulares os bendigan. 

Hasta el final, contigo.

 

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