Los hermanos de la Merced, tenemos el derecho y la obligación de acompañar a nuestros Sagrados Titulares como nazarenos en la anual estación de penitencia que realizamos cada Lunes Santo.
Pero esta estación penitencial es también un ejercicio de responsabilidad, ante nuestros hermanos y ante los fieles que contemplan el discurrir de nuestro cortejo. Por ello, y aunque se entrega un extracto de las normas que todos debemos cumplir junto a la papeleta de sitio, relacionamos a continuación algunas apreciaciones dignas de ser destacadas:
La estación de penitencia es, como hemos dicho, una obligación y una responsabilidad. Por esto mismo deberían abstenerse de realizarla aquellos hermanos que saben que no pueden cumplir con el recorrido completo, pues no debemos abandonar la cofradía hasta llegar a la Iglesia de San Antonio.
Es necesario ser puntual en nuestra llegada a la Iglesia. El que conozcamos de antemano el lugar que ocuparemos en el cortejo no implica que podamos llegar tan solo unos minutos antes de efectuar la salida. Los diputados podrán disponer de las insignias que, llegado el momento de la organización, no ocuparan su puesto.
Debemos obediencia a los diputados de tramo, que previamente con el Diputado Mayor de Gobierno, Fiscales y Auxiliares, han mantenido las pertinentes reuniones para preparar la cofradía. Todo se dispone para el mejor discurrir de la Hermandad, y contando con los posibles inconvenientes que puedan surgir.
Nuestra túnica es, cada Lunes Santo, símbolo de toda una Hermandad. Es nuestra obligación portarla con respeto, decoro, evitando elementos identificativos, gestos o posturas inapropiadas. Es nuestra obligación ser nazarenos desde que salimos de nuestro domicilio hasta que regresamos a él. Si una vez entrada la cofradía no esperamos a que entre la Santísima Virgen sería conveniente que no deambulemos alrededor del cortejo con el hábito puesto. Si deseamos contemplar en la calle a nuestras imágenes debemos despojarnos de la túnica.
Nos tenemos que concienciar en mejorar nuestra imagen en la calle, evitando situaciones fuera de lugar, que si bien son anómalas y puntuales, ocurren, tales como el uso de teléfonos móviles (en caso de necesidad serán los diputados de tramo los encargados de avisar a quien se precise), mal uso de los cirios durante el recorrido, salir del cortejo sin causa justificada y sin previo aviso al diputado, todo ello evitable.
Con vuestra colaboración conseguiremos entre todos que nuestra estación de penitencia sea ejemplar. Confiad en los diputados de tramo cualquier problema que os surja y cumplid con el fin último de nuestra manifestación cultual más importante: acompañar al Señor de la Coronación de Espinas y a su Madre de la Merced por las calles de Córdoba.